El ser humano, desde su origen, presenta un comportamiento influenciado por sus situaciones y circunstancias, afectado por su medio ecológico y social, lo que lo lleva a relacionarse de una forma u otra con sus semejantes, con su mundo y consigo mismo.

A pesar de que la humanidad lleva más de un millón de años de existencia, no escapa en su evolución el factor comportamiento, por lo que se hace necesario su estudio desde el punto de vista filosófico, entendiendo su origen y razón de ser.

Derivado de lo anterior, no escapa la actividad profesional al mismo escrutinio, de manera que se ha de descubrir la forma correcta de ejercer la profesión basándose en las virtudes y valores personales enfocados hacia el crecimiento mismo del individuo, dirigiendo un comportamiento éticamente correcto hacia sus semejantes y su medio, enfocando su esfuerzo libre en beneficio propio y de los demás factores que componen su mundo.